Reto 2

 

María Barbeito y Cerviño nació en A Coruña en el año 1880, formándose como profesora nacional y obteniendo su primera plaza en la ciudad de Cristal en el año 1902, desarrollando toda su carrera en la misma urbe, en donde fallece en 1970.

Trabajadora incansable y metódica, ocupó plazas como la de inspectora de educación o la de directora del Grupo de escuelas Eusebio da Guarda (creadas estas y auspiciadas por un benefactor de origen portugués muy recordado y querido en la ciudad).

En la provincia de A Coruña hay tres poblaciones que han dedicado una calle a María Barbeito: A Coruña, Narón y Melide.

La capital de provincia tiene también un colegio de enseñanza infantil y primaria dedicado a esta mujer, en el barrio del Ventorrillo.

María fue una reformista en el ámbito educativo, pionera en la introducción y desarrollo de nuevos procesos de enseñanza en Galicia (por ejemplo el conocido método Montessori), estuvo involucrada en la ayuda a colectivos desfavorecidos y se definía como feminista.

Entre sus postulados se encuentra el de dar parte de las horas lectivas al alumnado en su lengua materna, el gallego, al menos un día a la semana (esto lo defendía en los inicios del siglo XX).

Defendía ya en los años veinte y treinta del siglo pasado que había una serie de situaciones en relación con el estatus social y los roles de la mujer que había que acometer, que había que cambiar:

·       La situación de privilegio de los hombres a través de la historia, que motivaba la negativa a que la mujer pudiese tener acceso en igualdad de condiciones a la educación, limitándose esta a una instrucción limitada y relacionada con las labores que se suponía habría de llevar a cabo, todas ellos relacionadas con la llevanza de la casa y el cuidado de la familia.

·       Afirmó que las instituciones potenciaban en la mujer la parte afectiva, descuidando el cultivo de la razón, anulando su voluntad e imponiéndoles modos de comportarse e incluso modos de vestir.

·       Incide en que además de cambiar costumbres “es menester poner mano en las leyes, deprimentes casi siempre para la mujer” poniendo algunos ejemplos de estas en el ámbito civil y penal, vigentes entonces, y claramente discriminatorias:

-       La pérdida de nacionalidad de una mujer que se case con un extranjero.

-       La prohibición de viajar sin el consentimiento del marido.

-       La imposibilidad de vender, contratar, arrendar… si no es con el aval del padre o esposo.

-       La desigualdad a nivel penal de la infidelidad atendiendo al género.

-    La posibilidad de atenuar la pena a un marido que lesiona o mata a la mujer en caso de adulterio.

-       No poder las solteras tutelar a sus hermanos menores o incapaces…

 

·       En relación con estos preceptos, y con su necesario cambio, aboga por que es necesaria la reforma de códigos y leyes. 

Su labor tenaz, constante e innovadora fue muchísimas veces referida en la prensa a nivel regional en aquellos años, para pasar a ser injustamente vetada, olvidada y silenciada durante los primeros años de la dictadura.

Llama la atención que en el principal periódico de Galicia, La Voz, que había dedicado múltiples páginas a su encomiable labor, no se hace una mínima mención a su trabajo desde el año 1937 hasta prácticamente la década de los sesenta, cuando se vuelve a reconocer su labor señera en el ámbito de la pedagogía.

En plena guerra, a finales del año 1936, se iniciaron una serie de procedimientos para apartarla de todas las responsabilidades y cargos que tenía en la administración, entre ellos el de directora al que antes nos referimos. Aunque ella se defendió, al considerar que estos procesos eran injustos y se basaban en mentiras y afirmaciones llevadas a cabo por personas interesadas, los procedimientos acabaron en su expulsión.

En estos procesos, por ejemplo, se le acusó de “ser decidida partidaria de la coeducación”, o de “descuidar la formación moral de las alumnas”.

Es especialmente chocante el hecho de que María Barbeito estaba convencida de que una de las que colaboraron en su “depuración”, fue Rosa Buján, que trabajaba como profesora en el Grupo escolar Eusebio da Guarda.

Y decimos que es doblemente chocante por el hecho de que Rosa Buján fue también en cierto modo pionera en la ciudad, al ser la primera mujer concejala en el Concello de A Coruña, en la época de Primo de Rivera.


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